Mi análisis de semen indica una morfología anormal de mis espermatozoides. ¿Qué significa?

Una de las valoraciones clave que se realizan en un análisis de semen es la morfología espermática, tamaño, formas y alteraciones del espermatozoide respecto al que se considera normal o “típico”.

El espermatozoide consta de tres zonas muy definidas como son la cabeza, pieza intermedia o cuello y cola, con unas dimensiones bien definidas. Por lo tanto, las desviaciones de este patrón son consideradas anormalidades, por ejemplo, una cabeza grande o deformada o una cola doble o torcida.

Para valorar en detalle la morfología, es necesario utilizar una tinción especifica, la recomendada por la OMS 2021 es el Papanocolaou, pero otras como Shorr o Diff Quik también son empleadas. Dado que los reactivos (fijador y colorantes) pueden alterar algunas dimensiones de la cabeza, los laboratorios han de tener sus propios puntos de corte.

En la valoración morfológica, se realiza con microscopio óptico, de forma manual, o mediante el uso de analizador computarizado (Automated Sperm Morphology Analyzer ASMA) y se cuentan espermatozoides normales y los anormales, dentro de éstos las alteraciones simples o múltiples que puedan presentar los espermatozoides respecto a la cabeza, pieza intermedia, flagelo y presencia de gotas citoplasmáticas. Los resultados de la morfología de los espermatozoides se informan como porcentaje de espermatozoides.

Hay que señalar que la valoración de la morfología espermática está sujeta a ciertas limitaciones como:

  • Número de espermatozoides contados
  • La técnica de tinción empleada por cada laboratorio
  • Es una medición subjetiva y existen diferencias entre varios observadores, tanto del mismo centro como de distintos centros. De manera que la misma muestra de semen, en el mismo laboratorio, usando las mismas técnicas de valoración, den porcentajes distintos ( para reducir estas diferencias se deben realizar controles de calidad interno y externo)

El punto de corte de “normalidad” ha ido variando a lo largo de los años y ha pasado del 80,5% en la 1ª edición del Manual de OMS (1980) a un 14% con criterio estricto en la 4ª edición de la OMS (1999) y a un 4% en la actualidad, con criterios estrictos bien definidos en la 5ª y 6ª ediciones del Manual OMS (2010 y 2021) Tabla 1.

Evolución de los criterios de morfología de la OMS.
Tabla 1 basada en Gatimel et al., 2017 Andrology, 5 (5): 845-862

En el análisis de semen, además de la morfología es necesario valorar otros parámetros:

  • Volumen de semen
  • Cantidad total de espermatozoides
  • Concentración de espermatozoides
  • Vitalidad (porcentaje con vida)
  • Movimiento (movilidad)

Comentarios:

Si el resultado respecto a tu morfología espermática está alterado, quizás te tranquilice saber que en los últimos estudios apuntan a que:

  • No parece que exista una fuerte correlación entre la morfología de los espermatozoides y las tasas de éxito de la IA. Respecto a los resultados de la FIV, el impacto es mínimo o solo en determinados pacientes.
  • No hay consenso sobre la influencia de la morfología anormal de los espermatozoides en la selección de un método de TRA en particular.
  • La morfología estricta no debe ser utilizada, como único parámetro, para predecir la fecundación, el embarazo o el potencial de nacimiento de niño vivo

 La mayoría de los expertos en fertilidad masculina está de acuerdo en que la función de la morfología de los espermatozoides en la predicción del embarazo no es clara y que es un indicador inadecuado de la infertilidad a menos que casi el 100 % de los espermatozoides sean anormales.

La realidad es que la mayoría de las muestras de semen presentan entre un 4-10% de formas normales. Esto no significa que si la muestra está por debajo del 4% no consiga una gestación, hay varones que con 0% de morfología normal llegan a tener hijos, pero esto puede ocurrir en un bajo número de casos y puede llevar mucho tiempo.

Si tú y tu pareja lleváis intentando tener un hijo mediante relaciones sexuales, y no lo conseguís, lo aconsejable es recurrir a la tecnología de reproducción asistida.

Victoria