¿Vamos hacia la trasferencia del embrión único?

Mucho se ha escrito y se incide en la importancia de la transferencia del embrión único. No quisiera dejar de aportar mi opinión al respecto y animar tanto a profesionales como a pacientes a tomar esa decisión.

La transferencia del embrión único es un objetivo a conseguir desde hace muchos años, no es nada nuevo. La alarma saltó hace unos años cuando se comprobó que obtener un embarazo a toda costa implicaba un incremento dramático de los embarazos múltiples, no sólo gemelares, sino de trillizos, cuatrillizos, etc.  De un 1-2% de embarazos múltiples en embarazos espontáneos se pasó a un 30-35%, debido a los programas de estimulación ovárica y los tratamientos de reproducción asistida. Esto provocó que desde la European Society Human Reproduction (ESHRE) se hiciera una llamada al consenso  y denunciar lo contraproducente de los embarazos múltiples.

En España, el Registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), desde 1998 ha venido recogiendo datos sobre las técnicas de Reproducción Asistida (TRAs) y aunque hay una tendencia a disminuir las tasas de embarazos múltiples, todavía los resultados son preocupantes. Según el Registro SEF2015 se produjeron un 19.4% de partos múltiples en Fecundación in vitro con ovocitos de la propia paciente en fresco y un 23.4% en el caso de ovocitos de donante.

Todavía hay muchos pacientes que al ser informadas de la conveniencia de transferir un máximo de dos embriones, con el riesgo de obtener un embarazo múltiple, consideran que no pasa nada “¿y por qué no tres?”. Para ellos sería como “recuperar el tiempo perdido”. Sin embargo, una vez informados su opinión cambia ante los riesgos que conlleva una gestación múltiple:

Respecto a los fetos:

  • Un gran número de complicaciones fetales y neonatales siendo las más sobresalientes la prematuridad y el bajo peso.
  • Incremento en el número de abortos, ya sea de uno más fetos.
  • Crecimiento intrauterino retardado.
  • Mayor incidencia de problemas neurológicos, sobre todo en niños que al nacer tienen muy bajo peso (<1000 g).

Respecto a la madre:

  • Anomalías placentarias, hipertensión arterial, diabetes gestacional; posible parto prematuro que requiere más reposo, cesárea, etc.

Está en manos de los profesionales dar la información correcta, estudiar cada caso y ser cautos a la hora de determinar el número de embriones a transferir. En los centros con un buen equipo y resultados, transferir un único embrión sería lo aconsejable e incluso aumentaría las posibilidades de gestación por punción.

Hoy en día gracias a las investigaciones y avances científicos se han mejorado mucho las condiciones de trabajo tanto en los aspectos clínicos (estudios más complejos, la regulación de las estimulaciones ováricas, la obtención de un mayor número de embriones de alta calidad) como en el laboratorio donde se ha ido implementando con equipos que permiten valorar la calidad del ovocito (luz polarizada) o el desarrollo embrionario gracias a la monitorización del desarrollo embriológico (time lapse). Gracias a este sistema, ya no es necesario sacar los embriones de la incubadora para su observación puntual, sino que es posible contemplar todos los eventos que acontecen en su desarrollo a través del monitor, obteniéndose un mayor conocimiento sobre él, y permitiendo seleccionar a los más idóneos para la transferencia.

La herramienta más potente actualmente es la incorporación en el programa de crioconservación, del método de vitrificación. La alta tasa de supervivencia de los embriones crioconservados (cerca del 100%) y su tasa de gestación, permite reducir la incidencia de los embarazos múltiples sin hacer disminuir la tasa de gestación. Por lo tanto, es posible  ofrecer a los pacientes la transferencia de un sólo embrión y crioconservar el resto con la certeza que mantendrán intacto su potencial de implantación.

Países con años de experiencia como Finlandia y Bélgica que limitaron por ley la transferencia a un embrión único, obtienen buenas tasas de embarazo y han disminuido los embarazos múltiples de forma drástica. Evidentemente en todos los casos no es posible la transferencia del embrión único por lo que han determinado el número de los embriones a transferir en función de la edad de la paciente.

La tendencia actual  es el de la transferencia de un embrión en dos transferencias sucesivas ya que proporciona igual o mayor éxito que la transferencia de dos embriones en una transferencia. Quizás el problema radica en hacer entender la importancia de reducir los embarazos múltiples, y desde el punto de vista psicológico y económico cómo favorecer este tipo de actuación, a los pacientes que con frecuencia están en un estado de impaciencia y con recursos económicos reducidos.

En conclusión, actualmente creo que estamos en disposición, ya que poseemos las herramientas suficientes, así como la propia experiencia y los resultados de trabajos publicados con más de cinco años de experiencia, para plantearnos la transferencia del embrión único. Ahora, es responsabilidad de los equipos biomédicos aconsejar adecuadamente en cada caso y por parte de los pacientes aceptar que es posible obtener una gestación a partir de la transferencia de un único embrión.

Os dejo este maravilloso vídeo donde gracias al time-lapse se puede observar el desarrollo embrionario. ¡Disfrutarlo!

Victoria