Si fumas, tus gametos y tu descendencia están en peligro

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En el Día Mundial Contra el Tabaquismo no podíamos dejar de sumarnos a advertir contra las consecuencias que tiene sobre nuestro organismo. No se puede decir que no haya información divulgativa, científica, trabajos de investigación, campañas, etc., para reducir el consumo de tabaco. Sin embargo, el que fuma muchas veces se defiende con frases tan peregrinas como “de algo hay que morir” o “conozco a un fulanito que fumó toda su vida y llegó a los 90 años y perenganito, que no fumaba, se murió a los 50 años”.

Por favor, un poco de respeto por nuestros cuerpos, cada ser humano es único y tiene una herencia genética, vive en un ambiente determinado y tiene una cierta propensión a determinadas enfermedades. Por lo tanto, no valen comparaciones sin sentido.

Ya que multitud de campañas se centran sobre los efectos negativos de fumar sobre la salud (pulmonar, vascular, cardiaca), voy a centrarme en el efecto de fumar sobre la fertilidad en esta entrada.

Empezaremos distinguiendo los fumadores activos, que fuman de forma habitual, y los fumadores pasivos, que sin fumar están expuestos a los efectos del tabaco.

En las mujeres fumadoras activas, se ha podido constatar que la probabilidad de quedar embarazadas es menor que las que no fuman.  En pacientes que realizan un programa de reproducción asistida su fertilidad estará comprometida a pesar de recurrir a las técnicas de reproducción. Esto es debido a que los humos del tabaco contienen sustancias nocivas (nicotina, monóxido de carbono, cianuro, etc.) aceleran la pérdida de óvulos de forma irreversible y puede ocurrir que a pesar de la estimulación hormonal de los ovarios, estos no respondan como debieran.

Otros efectos negativos asociados a las mujeres fumadoras activas son el aumento del número de embarazos extrauterinos, mayor incidencia de abortos, complicaciones placentarias y sufrir una menopausia temprana.

En el caso de los hombres, fumadores activos, la calidad de su esperma se ve alterado, baja su concentración (nº de espermatozoides/ eyaculado) y el número de espermatozoides móviles, con lo cual su fertilidad se reduce. Cuando el consumo de tabaco es superior a 20 cigarrillos diarios, el ADN de los espermatozoides puede dañarse y esto da lugar a alteraciones en su descendencia, se ha apreciado un mayor riesgo de casos de leucemia y que la descendencia femenina tenga una vida reproductiva más corta.  Otro efecto negativo asociado a fumadores activos es que presentan un mayor número de casos de disfunción eréctil.

En cuanto al feto, si se desarrolla en un ambiente de fumadores puede presentar retraso en su crecimiento intrauterino y los niños al nacer presentar un muy bajo peso.

Por todo lo expuesto, si se quiere conseguir un embarazo, no solamente hay que alimentarse bien y hacer ejercicio, hay también que eliminar los hábitos no saludables como el que nos ocupa hoy, el tabaquismo.

Cuando se busca un embarazo hay que ir concienciándose y responsabilizándose de nuestros actos, fumar repercute negativamente sobre la descendencia, por lo tanto hay que evitarlo. Si en una pareja uno es fumador activo y otro pasivo, el fumador activo ha de conocer los riesgos a los que está exponiendo a su pareja y a su hijo.

Sería interesante que en los centros de reproducción asistida, los profesionales sanitarios, informaran sobre todos los riesgos de fumar y orientasen a los pacientes a dejar este mal hábito, recomendándoles, en los casos que lo requieran, especialistas en el tema. Hay estudios que demuestran que tras dos meses de dejar de fumar, la probabilidad de concebir aumenta en este tipo de pacientes.

En general si quieres dejar de fumar, has de tener la determinación de hacerlo. Existen guías y mucha bibliografía al respecto en la red, aunque hay que saber filtrarla. Lo importante es detectar el porqué de tu dependencia del tabaco, ¿te relaja, te da seguridad, calma tu ansiedad, enmascara tu baja autoestima, tu falta de cariño? Quizás necesites la ayuda de un especialista o a lo mejor te pueden servir las terapias complementarias como el Reiki, el tai chi, la aromaterapia, las infusiones naturales, las flores de Bach y otros tratamiento que ya te he ido comentando en el blog como la meditación y los mandalas.

Si quieres eliminar esta dependencia, como para otros malos hábitos, tú puedes. ¡Cambia tu actitud y tu intención! Tienes las herramientas a mano, ahora sólo falta que las quieras utilizar.

¡Adelante!

Victoria