¿Cómo influye la obesidad en la fertilidad?

La obesidad es un problema de salud cada vez más generalizado en las sociedades de consumo, debido en gran medida, a hábitos no saludables. A esto hay que sumarle que la genética y la bioquímica van muchas veces en contra de las personas obesas, por lo cual es necesario estudiar cada caso en particular. También se ha comprobado que la obesidad está en razón inversa al nivel de actividad física y educación, y directamente relacionada con los antecedentes familiares. Asimismo, son determinantes del peso corporal los factores socio-económicos y conductuales.

La importancia que tiene controlar la obesidad es fundamental por su repercusión sobre la salud, ya que está relacionada directamente con muchas enfermedades como diabetes, hipertensión, dislipemia y enfermedades cardiovasculares. Además, tiene un impacto significativo sobre la vida reproductiva.

Obesidad y fertilidad-victoria-in-vitro Material gráfico: Photo credit: Roy Cheung Photography via Visualhunt / CC BY-NC

¿Qué se entiende por sobrepeso?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso cuando el índice masa corporal (IMC) está entre 25 a 29,9, y la obesidad cuando el IMC es de 30 o más. El IMC se calcula dividiendo el peso en kilos por la altura en metros al cuadrado.

Por ejemplo, una mujer que pesa 74 kilos y mide 1,67 metros tendrá un índice de 26,6, el cual se considera sobrepeso. A continuación puedes ver en la tabla los diferentes grados de obesidad que existen.

Tabla obesidad grados-victoria-in-vitro

En el caso de querer ser madre es muy importante controlar tu IMC. Lo ideal para una mujer que quiere ser mamá es tener un 25 más o menos. En situaciones en el que IMC es de 35, se habla que hay un 26% menos de probabilidades de tener un embarazo espontáneo que una mujer que tenga un peso normal o sobrepeso sin llegar a obesidad. Así pues, en el caso de una mujer con un IMC de 40 o más, la situación se complica ya que tiene un 43% menos de probabilidades de obtener un embarazo.

Obesidad y reproducción

Durante un tiempo han habido opiniones contradictorias sobre el efecto del IMC en el resultado de las técnicas de reproducción asistida (TRAs). El papel de la obesidad en reproducción es más complejo de lo que se cree, en parte porque no se acaba de comprender la influencia de la obesidad en mujeres que ovulan normalmente. Se ha apuntado que la leptina, una hormona que regula el apetito y el gasto energético, podría interferir en la fertilidad, ya que parece influir en el proceso de la producción de esteroides por los ovarios. Las mujeres obesas suelen tener disfunciones ovulatorias, menarquia (primera regla) precoz, menopausia anticipada, muchas de ellas sufren el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y en los casos que tienen ciclos regulares, su reserva ovárica puede estar disminuida. Por último, en caso de embarazo presentan un mayor riesgo de abortos y alta prevalencia de complicaciones obstétricas.

En los casos en que se recurre a las TRAs,  éstas pueden ser menos eficaces en pacientes con obesidad. Así bien, las mujeres con este trastorno sometidas a tratamiento de infertilidad necesitan mayores cantidades de hormonas para inducir sus ciclos que las mujeres con peso normal o sobrepeso. La Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (2014) informa que el 12% de todos los casos de infertilidad son debidos a que la mujer tiene el peso demasiado bajo o demasiado alto.

Sin embargo, el efecto de la pérdida de peso en mujeres con sobrepeso y obesas sometidas a TRAs, y sus resultados de embarazo posterior, tras la revisión sistemática de trabajos publicados, revelan resultados muy positivo. Las pacientes que perdieron peso tras cambios de dieta y estilo de vida, dietas muy bajo consumo de energía, intervenciones médicas no quirúrgicas y cirugía bariátrica, obtuvieron una mayor tasa de embarazo a término. Además se consiguió la regularización del ciclo y con ello restaurar el patrón menstrual, una disminución en las tasas de cancelación, un aumento en el número de embriones disponibles para la transferencia, una reducción en el número de ciclos necesarios para lograr el embarazo y registraron una disminución en las tasas de aborto espontáneo, e incluso se registraron concepciones naturales.

En cuanto a la fertilidad masculina, se sospecha que pueda existir una relación entre el sobrepeso/obesidad con la infertilidad masculina. Sin embargo no hay consenso en cuanto a la importancia de dicha relación y los mecanismos implicados.

Seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio de forma regular puede ser suficiente para llevar una vida más saludable, tener el peso corporal adecuado e incluso, en aquellos casos que se hubiese perdido, recuperar la fertilidad. Es necesario cuidarnos por nosotros mismos, a veces es difícil, pero en el caso de estar buscando descendencia es una gran motivación. Siempre de la mano de buenos especialistas que nos indiquen que es lo más adecuado para nosotros. Ellos podrán valorar todos los factores que intervienen como la edad materna, el grado de obesidad, la reserva ovárica y otros posibles problemas asociados.

Como conclusión a lo expuesto, una firme determinación a cuidarnos, nuestra salud está en juego, mantener hábitos saludables es imprescindible. Si te encuentras bien tu aptitud se verá reforzada y estarás ganado recursos en tu camino hacia la fertilidad.

Victoria

El virus Zika y la fertilidad: 3 escenarios posibles

Seguro que has escuchado hablar del virus Zika transmitido por un mosquito en Brasil y su devastadora acción sobre algunos niños nacidos de mujeres que han sufrido la enfermedad durante el embarazo, estos niños afectados por el virus presentan microcefalia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una alerta de emergencia sanitaria global sobre este virus para informar a la población y orientar a los profesionales, ya que poco se conoce sobre él.

Para saber a ciencia cierta si una persona está infectada por el virus del Zika se requiere una prueba diagnóstica en sangre, orina, saliva u otros líquidos corporales. Actualmente no hay vacunas, aunque ya se está trabajando en ello. De hecho, Brasil y EE.UU. han firmado un acuerdo para desarrollar una vacuna que dé solución a este problema. Tampoco existen tratamientos específicos para esta enfermedad. La mejor forma de prevenirla consiste en la protección frente a las picaduras de los mosquitos.  Y cómo no, evitar ir a las zonas de contagio como son África, Caribe, Centroamérica, Suramérica, Asia y el Pacífico Sur.

Virus Zika-Fertilidad-Victoria-in-vitro

Este virus ha alertado a sociedades científicas del ámbito de la Fertilidad, Obstetricia y Ginecología por sus consecuencias en los hijos de las madres afectadas y de la posibilidad de supervivencia del virus en el semen del varón durante un periodo prolongado de tiempo.

A continuación, veremos tres escenarios posibles en los que el virus puede retrasar el deseo de ser padres.

  • Querer tener un hijo tras una estancia en las zonas afectadas

Tu ginecólogo o en el centro de fertilidad te van a dar la información que necesitas. Básicamente, os van a preguntar sobre la posibilidad de haber estado en alguna de las zonas de contagio en el último mes o si tu pareja, o persona con la que hayas mantenido relaciones sexuales lo ha estado. Hay que tener en cuenta que se transmite a través del mismo insecto, pero se han detectado casos de transmisión sexual.

  • Durante el embarazo

Según la OMS, durante el periodo de gestación se recomienda evitar viajar a países infectados. En el caso de que no hubiese más remedio, habrá que mantener a raya la presencia de mosquitos mediante el uso de repelentes específicos para embarazadas (DEET –Dietiltoluamida-, picaridin o IR3535), ropa clara y de manga larga y evitar estar en zonas húmedas. En definitiva, mantener unos buenos hábitos de higiene, usar preservativo si mantenemos relaciones sexuales con personas que han estado en zonas infectadas.  Y siempre seguir las pautas que te indique tu ginecólogo.

  • Donación de gametos (óvulos y espermatozoides)

Dado que el virus Zika permanece en el semen bastante tiempo no se puede descartar que en espermatozoides y óvulos también persista. Por esta razón, la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR) recomienda a todos los centros de reproducción asistida que incluyan en sus cuestionarios de admisión de donantes y protocolos de trabajo algunas preguntas como: si ha viajado recientemente a una zona afectada, si manifiesta síntomas de la enfermedad o ha mantenido relaciones sexuales con alguna persona que haya estado en dicha zona.

La Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO), Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la Asociación para el Estudio de la Biología de Reproducción (ASEBIR), entre otras, han hecho sus respectivos comunicados haciendo una llamada a la prudencia y orientando sobre la conveniencia de posponer el inicio de tratamientos de fertilidad o donación hasta no haber pasado un tiempo prudencial de 28 días, en el caso de que se haya estado en zonas de contagio, para descartar que no tiene la enfermedad.

Si te encuentras en alguno de estos tres escenarios, no dudes en consultar todas las cuestiones que tengas con tu especialista. Él sabrá orientarte de la mejor manera posible, pero no olvides que no hay mejor prevención que el sentido común.

Victoria